Una experiencia espiritual donde las vibraciones harán el trabajo; desde dentro hacia afuera.
Autor: Francisco Díaz.
Hay algo profundamente humano en el sonido; lo escuchamos desde antes de nacer: el latido del corazón de nuestra madre, su voz, los ritmos de la vida misma.
En las terapias holísticas, el sonido no es solo una experiencia auditiva, sino una herramienta sanadora que toca lo más profundo de nuestro ser.
Las terapias de sonido y vibración han ganado un espacio cada vez más importante en el mundo del bienestar; las personas están redescubriendo que no todo lo que cura es visible.
Estas terapias holísticas parten de una premisa: todo en el universo vibra; y cuando nuestros pensamientos, emociones o cuerpo están en desequilibrio, también lo está nuestra vibración.
El sonido adecuado, aplicado de forma terapéutica, puede ayudar a restaurar ese equilibrio.
Instrumentos como los cuencos tibetanos, los gongs, los diapasones, los tambores chamánicos y hasta la propia voz humana se utiliza para generar frecuencias específicas que inducen estados de relajación profunda, alivian tensiones físicas y liberan emociones retenidas.
Algunas personas experimentan paz, otras un llanto liberador, pero todas coinciden en algo: es una experiencia transformadora.
Aunque lo pareciera, no es magia; estudios han demostrado que ciertas frecuencias pueden influir en nuestras ondas cerebrales, llevándonos a estados de meditación, reparación celular o incluso mejora del sueño.
En un mundo lleno de ruido caótico, estas terapias nos devuelven el silencio interior, a esa frecuencia de bienestar que habíamos olvidado.
En nuestro Diplomado de Terapia Holística descubrirás técnicas para ayudar a otros a encontrar equilibrio y bienestar; aprende a utilizar las herramientas de sanación.